“Caminar hace ciudad” es una de las frases de una serie de intervenciones urbanas realizadas durante diciembre en Viña del Mar para el Laboratorio Urbano 2020, un proyecto desarrollado por estudiantes de la Escuela de Diseño del Campus Creativo UNAB.
Esta iniciativa invitó a los jóvenes a que recorrieran su ciudad para que identificaran qué transformaciones han ocurrido en ella en diversos ámbitos y reflexionaran sobre éstas.
Según nos cuenta Mauricio del Pino, académico participante del proyecto y artista visual, la idea era exponer que “Viña del Mar expone varios problemas, que no siendo privativos de otras ciudades en desarrollo, contrastan con mayor fuerza frente a la percepción altamente positiva que se tiene de una ciudad, que además, es uno de los principales destinos turísticos (de Chile)”.
Es por esto que las expresiones que formularon tienen relación con el patrimonio arquitectónico y el paisaje de la ciudad, las que fueron visibilizadas por los propios estudiantes al usar sus cuerpos como soportes, una práctica común en la escuela que busca usar los recursos de manera sustentable.
Por ejemplo, en el caso de la expresión “Caminar hace ciudad”, la idea era “invitar a la ciudadanía a que se haga parte integral de la ciudad, a que la transite, la descubra a pie, y a que sea protagonista de ella”, en vez de que siga usando el automóvil en la ciudad con más vehículos motorizados de la Región de Valparaíso, en donde hay 85.959 unidades, según el informe “Parques de Vehículos en Circulación” (2014) del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Una segunda frase que crearon fue “Nuestro norte es Libertad”, la que puede tener dos lecturas respecto a la avenida Libertad, de acuerdo a Mauricio. Por un lado, es una invitación a mantener la idea de recorrido ciudadano en una de las principales arterias de la ciudad, y por otro, a incentivar y mantener las avenidas arboladas.
Una tercera frase es “Postal Jardín” que surge a raíz del eslogan local, Ciudad Jardín, que el grupo considera cuestionable. Esto porque creen que en el último tiempo no han aumentado las áreas verdes ni han sido protegidas, un punto que respaldan con lo que pasó en el balneario de Caleta Abarca, en donde los jardines fueron convertidos en estacionamientos para automóviles.
Durante las intervenciones, realizadas en lugares bastante visibles de la ciudad, como la avenida Libertad, el sector de Recreo y el frontis del Teatro Municipal, los transeúntes no se quedaron indiferentes.
En este sentido, Mauricio nos cuenta que “lo más importante aquí fue observar que la gente se detenía a deletrear cada mensaje, incluso provocamos un poco de atochamiento en avenida Libertad, ya que los automovilistas disminuían su marcha bajo un soleado día sábado. En esta perspectiva, obtuvimos éxito, ya que queríamos instalar un mensaje asertivo en un territorio que está sobre dimensionado en su función turística y puede asumir una riqueza de percepciones”.
Después de intervenir las calles, una práctica que Mauricio cree que hacía falta en la ciudad, nos cuenta que Viña del Mar “tiene que pensarse a sí misma y enfrentar su presente, no esconderlo. Queremos repetir este tipo de actividades vinculándolas a otras de diferente rango, pero queremos hacerlo apostando a lo grande. Viña ya tiene un Festival de la Canción, ya tiene un Festival de Aves, ahora es plausible que tenga un Festival Urbano, que pueda dar cabida a las inquietudes de sus habitantes“.